La Fiesta de San Juan es una tradición cristiana que se baila y canta entre las comunidades afrovenezolanas hace más de doscientos años. En el presente, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura declaró esta festividad como parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Formalmente es una conmemoración del bautismo de Jesús en el río Jordán por Juan El Bautista, de acuerdo a la narración bíblica del Libro 3ero de Mateo en el Nuevo Testamento. En Venezuela es una fiesta, es una mezcla del culto cristiano con la fuerza y arte ancestral de los africanos que sobrevivieron a la esclavitud y crecieron entre la población venezolana desde los tiempos de la colonización española.

Los más fervorosos cultores comienzan las preparaciones de los ritos en mayo. Realizan el ritual de aparición o nacimiento de San Juan, El Bautista, representado por un niño o un adulto. Pero al mes siguiente, en junio, el rito se hace más notorio.

El 23 de junio, los sanjuaneros, los más aficionados del santo, visitan las casas de amistades e iglesias. Y al día siguiente, cada 24 de junio, desde la mañana, tienen todo preparado para llevar la figura del santo desde la casa en donde se encuentra resguardado hacia la iglesia del pueblo o la parroquia en compañía de sus devotos y seguidores. En ese lugar realizan una misa solemne.

El transporte del santo es muy alegre, es una celebración donde bailan con pañuelos y banderas de colores. Es un día para celebrar y muchos beben aguardiente, ron o cerveza. Muchos devotos se bañan en las corrientes de agua que tienen cerca. Los tambores repican, suenan. El tambor de mina o el cumaco son sólo dos de los instrumentos de percusión que utilizan los músicos, pero las gentes hacen sonar las maracas, las guaruras y las charrascas, los platos, los sartenes viejos, cualquier cosa que sirva para hacer música y seguir el ritmo de los tambores. Muchas personas cantan.

Esto ocurre al tiempo que los sanjuaneros y otros creyentes solicitan favores, todos saben que si San Juan lo tiene, San Juan te lo da. El pueblo canta historias, agradece y, algo muy importante, paga las promesas hechas el año anterior. Las letras de las canciones son de esperanza, sobre la vida y el amor. Así, la espiritualidad confluye con la alegría y se expresa entre cantos de sirena, malembes, luangos y sangueos. Esta fiesta coincide con el inicio de la temporada de lluvias, que para los agricultores y las zonas rurales son de mucha importancia para las siembras que realizan.

El cierre de este ciclo festivo termina el 16 de julio, día de la Virgen del Carmen, cuando la imagen religiosa del santo, un cuadro, una estatua o estatuilla, es devuelta a la casa de resguardo.

En Venezuela es tan hermosa esta festividad que desde pequeños todos los que conocen esta fiesta, aunque no sean católicos o cristianos, le dicen como un regalo para los que tienen el corazón abierto, a los que quieren: ¡Si San Juan lo tiene, San Juan te lo da!